
Las almohadillas de los perros son esas partes blandas que equivalen a las plantas de nuestras manos y pies, son las zonas que están constantemente en contacto con el suelo y ayudan a los perros a mantener el equilibrio y hacen de amortiguadores que soportan el peso del cuerpo y el impacto durante el paseo o la carrera. Su función es muy importante, ya que no sólo proporcionan amortiguación adicional para ayudar a proteger los huesos y las articulaciones, sino que también aíslan del clima externo a la vez que ayudan a caminar sobre el terreno áspero y a proteger el tejido profundo de la pata.
Por todo ello, hay que cuidar y proteger las almohadillas, pero también es importante no hacerlo es exceso. Si nos fijamos en las patas de un cachorro y las comparamos con las de un perro adulto, veremos como las del perro de mayor edad se han endurecido y esa es la primera barrera de protección, una barrera natural. Al endurecerse, las almohadillas se fortalecen y hacen menos habituales las rozaduras y grietas. Sin embargo, sí debemos prestar especial atención a ciertas circunstancias externas como las altas temperaturas, ya que la piel puede llegar a agrietarse, secarse o sufrir heridas por abrasión ante ciertos sobreesfuerzos o ante la exposición a terrenos de diversos tipos.
Es muy importante recordar que, en ciertas ocasiones, las almohadillas de nuestros perros necesitan un cuidado especial. Por ejemplo durante el verano, cuando el calor puede hacer que las aceras estén ardiendo y también si piensas llevar a tu perro a hacer senderismo o a la nieve. En nuestro caso, el calzado que usamos nos protege de las grandes temperaturas (calor o frío) o de lo accidentado que sea el terreno. Pero nuestros perros pueden notar mucho las condiciones del suelo que pisan, cuando en Sevilla alcanzamos o incluso superamos los 40 grados en verano y el asfalto y las aceras se sobrecalientan nuestras mascotas andan directamente sobre él. Y el mismo efecto que el calor tiene el frío, si piensas llevar a tu perro a la nieve, recuerda que se pueden producir quemaduras tanto por calor como por frío. También si vas a hacer senderismo, ciertos tipo de terrenos con piedras o rocas pueden incluso cortarles las almohadillas o crear quemaduras por abrasión y provocar un sangrado.
Consejos para proteger las almohadillas de tu perro:
- Si vives en la ciudad, ten en cuenta que el asfalto puede fácilmente dañar las patas de tu mascota, especialmente debido a la temperatura que puede alcanzar, sobre todo, en verano. Si tienes ocasión, alterna el césped con la acera siempre que puedas ya que la hierba es mucho más cómoda y refrescante para caminar sobre ella.
- El calor puede ser un agente externo muy agresivo para las almohadillas de tu mascota, sobre todo si vives en la ciudad. Teniendo en cuenta las temperaturas que podemos alcanzar en Sevilla, ¿te imaginas salir descalzo a la calle en pleno verano? Recomendamos que tengas en cuenta estos factores para decidir las horas de los paseos de tu perro. Intenta sacarlo en los momentos del día en los que no haga mucha calor o mucho sol, por la mañana temprano o por la noche cuando ya se haya enfriado el suelo. También, si tienes que sacarlo a horas en las que hace más calor, busca la sombra, el suelo estará más fresco. Este también es un buen consejo para evitar un posible golpe de calor.
- Ten cuidado también con el frío, puede provocar grietas, fisuras o incluso quemaduras en las almohadillas. Por eso, si tu perro va a caminar sobre nieve o hielo es recomendable que uses vaselina en las almohadillas y entre los dedos ya que funciona como barrera.
- Existe una amplia variedad de cremas o bálsamos especiales para almohadillas que sirven para protegerlas y evitar que se agrieten o le causen dolor. Se trata de productos pensados para mantener la zona hidratada, tu veterinario puede aconsejarte sobre cual escoger. Pero si te gustan los remedios naturales, puedes ponerle una crema o gel natural de aloe vera en las almohadillas justo antes de salir al paseo o incluso al volver.
- La limpieza es muy importante, a veces durante el paseo, algunos objetos extraños como semillas de un árbol o guijarros pueden quedar atrapados entre las almohadillas o enredados en el pelo que tu perro tiene entre ellas. Es recomendable que le revises las patas al volver a casa para quitar cualquier posible objeto que haya podido quedado atrapado.
- A todos nos gusta un buen masaje, pero además suelen ser efectivos. Esto es verdad también en nuestros perros, un masaje profundo de la pata les relaja y promueve una mejor circulación. Hay que incluir en el masaje las almohadillas y, de paso, aprovechar para confirmar una vez más que no hay objetos extraños alojados en los recovecos de la planta.
Si a pesar de todas las precauciones notas que tu perro cojea o no apoya una pata y descubres que tiene heridas en sus almohadillas, aquí te dejamos algunos consejos de primeros auxilios:
- Lava con agua la zona, a ser posible con agua tibia. Esto sirve para retirar cualquier posible residuo y también nos permite ver más claramente cuál es el problema.
- Si notas que tiene quemaduras leves, puedes usar un antiséptico como betadine diluido en una gasa. Si usas betadine líquido, echa un poco en una gasa limpia, luego mojala un poco bajo el grifo para diluir el producto y acto seguido usala para curar la herida.
- Si se trata de algo más grave, es importante que acudas lo antes posible a tu veterinario para que lo trate.